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sábado, 17 de diciembre de 2011

Sobre mi vocación

La creatividad, siempre fue una constante en mi vida.
El dibujo y las manualidades, llenaban mis ratos de ocio en mi niñez y adolescencia.
Recuerdo haber hecho un espejo decorativo, en forma de "sol", con un espejo redondo y palillos de madera. El dibujo de una playa, sobre un mural, con piedras de colores, ó.. con conchas que recogía de la playa, figuras de animalitos, y figuras de chinos antiguos con sombreros y cestones de arroz que colgaban de sus hombros.
Pero mi desarrollo creativo, sin duda se centró en el dibujo artístico, más tarde en el técnico, y por último en la pintura al óleo..algo que siempre deseé realizar.
Supongo, que tenía latente en mis genes, la creatividad, ya que en mi familia la mayoría eran artistas.

Mi abuelo paterno, se dedicó al dibujo, entre otras cosas, seguramente influenciado por un tío de él, que era artista.
Mi padre se consagró artística, y profesionalmente, al dibujo topográfico manual, con la representación de los diferentes tipos de cultivos en dichos planos antiguos, también rotulaba las letras antiguas y caprichosas, un arte perdido hoy en día, y asumido por los programas informáticos.

También me condicionaría, verme rodeada de cuadros pintados por mi abuela materna, como "La Virgen de la Servilleta", y el "San Antonio" de Murillo, ó "El Príncipe Baltasar Carlos" de Velásquez, entre otros..Tuvo como maestro al conocido pintor Gonzalo de Bilbao, con quien se citaba en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, para practicar copiando las obras de los grandes artistas, algunos cuadros los ponía a la venta y otros, aún los conserva mi familia.



Como.. la mano y la vista hacen al artista, mi abuela no sólo pintaba, también bordaba de maravilla en seda, facultades artísticas que mi madre también heredaría.

Y me imagino una placentera escena familiar, en el Barrio de Santa Cruz, donde nació mi madre, una tarde de primavera...filtrándose la luz del atardecer, por un balcón sevillano repleto de flores, las cortinas movidas por una leve brisa, la sombra de las rejas, reflejada al antojo de la luz cálida de nuestro astro, proyectándose en el moisés donde mi madre chapurrea sus primeros sonidos, y mientras tanto...mi abuela borda una colcha de seda, y su tia toca el piano.
 

Creo, que lo bello es lo mejor, el ejemplo más perfecto de cualquier cosa, así como cualquier cosa bella, es el mejor y más perfecto ejemplo del espíritu, la esencia misma.
Siento que la belleza tiene un valor intrínseco, y creo que en casi todo existe belleza en potencia, que todo el que se acerca a la perfección en cualquier actividad, es un artista. Pero el arte es tanto la actividad, como el resultado, por eso las obras de arte, para mi, no son sólo el producto terminado, sino la idea, la acción, y el proceso que las recrea.

(Agosto, 2009)

BELÉN VILLALOBOS INFANTES

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